CENSURA

Censura en el Periodismo

Sería posible cumplir perfectamente con la misión si cada quien, ante la hoja o la pantalla en blanco, se repitiera una vez y otra: «Lo que escribo es lo que soy, y si no soy fiel a mi mismo no puedo ser fiel a quienes me lean». Sólo de esa fidelidad nace la verdad, aunque de esa verdad nacen siempre los riesgos.

La censura se lleva a cabo con el fin de mantener un ideológico. Controla el desarrollo de una sociedad, o destruye la desconformidad de un pueblo sometido. Por eso, es muy común la censura en la religión, los clubes , grupos sociales y los gobiernos.

En un sentido amplio se considera la censura como el ejercicio, por parte directa del Estado o por delegación en alguna organización o grupo. También intervenir en la libertad de expresión así como en la de opinión y pensamientos. Algunas fuentes consideran que los monopolios mediáticos constituyen una forma de censura. Finalmente, hay quienes consideran censura o censura previa a cualquier tipo de prohibición o clasificación de material escrito, cinematográfico o de otro tipo y que impide o dificulta el acceso a la información.

En los gobiernos democráticos la censura se adoptada por algunos profesionales del periodismo, con la certeza de que las miserias actuales afrontadas por los pueblos latinoamericanos serán compensadas por las abundancias del futuro. «Para que haya menos pobres es necesario que, antes, los ricos sean mucho más ricos», afirma la doctrina neoliberal. Los pueblos no serán impacientes o insensatos, porque la resignación termina donde empieza la voluntad de sobrevivir.

En el orden de la cultura donde el neoliberalismo ha resultado más perjudicial en América Latina. Esperábamos que las consignas de libertad sirvieran para derribar muros, fronteras, y para fortalecer la unidad de nuestras naciones a la sombra de un proyecto de bien común.

En la historia América Latina elevó la voz con su inteligencia, sus emociones y su lengua como si fuera una sola. Fue cuando el Continente podía hablar unánime y aparecía en la cultura una nueva edad de oro. Sucedió en las décadas de lucha por la independencia.


Las secretas fuerzas del periodismo es su capacidad para fortalecerse en la adversidad, para esquivar las censuras y las vendas, para cantar cuatro verdades y seguir siendo incorruptible e insumisa cuando a su alrededor todos callan, se someten y se corrompen.